
Las grasas trans tienen otros inconvenientes. Por ejemplo que, como han demostrado hace poco investigadores de la Universidad de Navarra y la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, su ingesta aumenta el riesgo de sufrir depresión. Por el contrario, el aceite de oliva protege frente a esta dolencia.
Algunas de las graves consecuencias de las grasas trans en nuestro organismo son:
- elevan el nivel de colesterol LDL o ” colesterol malo”.
- disminuyen la presencia del HDL o “colesterol bueno”.
- por lo tanto, favorecen la arteriosclerosis y aumentan considerablemente el riesgo cardiovascular.
- obesidad.
- al no ser reconocidas por nuestro organismo, éste las procesa como tóxicas, sobrecargando así a nuestro principal órgano detoxificador, el hígado.
- pueden inhibir algunas transformaciones de otros ácidos grasos, que son esenciales para nuestro organismo, retrasando así el crecimiento y maduración del cerebro.
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